domingo, 27 de mayo de 2012

DIALÉCTICA SEÑORÍO-SERVIDUMBRE de Hegel


Oscar Iván Ramos Menchaca
En lo que respecta a la dialéctica de Hegel, esta parte de la del texto comienza diciendo que: los modos de la certeza que preceden lo verdadero es para la conciencia  algo distinto a ella misma. Una certeza que es igual a su verdad, pues la certeza es ella misma su objeto y la conciencia es ella misma lo verdadero. Por lo tanto nos lleva  a que el en sí es la conciencia; pero es también  aquello  para lo que lo otro  (el en sí).
Esto anterior nos habla de dos cosas, primeramente el en sí y después no dice lo que se podría entender como el para sí, y  ambos elementos nos pueden conducir a la interpretación de lo que consiste la autoconciencia de la cual Hegel  expresa dialécticamente. El “en sí” parece ser una utopía o algo difícil de alcanzar, puesto que se habla de que la autoconciencia es infinita.
Hegel no sólo se limita a establecer una sola autoconciencia sino que son diversas.  Para la autoconciencia hay otra autoconciencia cada autoconciencia  necesita reconocer  a la otra, una es dependiente de una autoconciencia más, así sucesivamente y entonces se necesitan diversas. La autoconciencia primero percibe un objeto, y luego se percibe percibiendo este objeto, siendo consciente, autoconsciente de ella misma. Y de ese modo se habla de una  igualdad.
La auto conciencia es la reflexión, que desde el ser del mundo sensible percibido es esencialmente  el retorno desde el ser otro.
La autoconciencia es como conciencia y para ella se mantiene toda la extensión de un mundo sensible.
La determinación de la vida, tal como se deriva  del concepto o del resultado universal  basta para caracterizar la vida,  sin necesidad de seguir desarrollando su naturaleza.
Aquella unidad inmediata o expresada como un ser, es la unidad universal. Es el genero simple que en el movimiento de la vida misma no existe para si como esto simple, la vida   es como esta unidad o como género.  El yo sólo es este género o lo simple universal, es la esencia negativa de los momentos independientes que se han configurado.
En la vida que es el objeto de la apetencia, la negación o bien es n otro, a saber en la apetencia, o es como determinabilidad frente a otra figura indiferente, o como su naturaleza inorgánica universal.
Solamente es existen tres momentos en los que se han cumplido el concepto de la autoconciencia. 
Es una autoconciencia para una autoconciencia. Pues solamente así deviene para ella la unidad de sí misma en su ser otro.
EL yo es el nosotros y el nosotros es el yo. La conciencia  sólo tiene en la autoconciencia, como el concepto de espíritu el punto mas viraje para marchar hacia el día espiritual.
En el momento en el que se menciona el señor es la conciencia que es para sí, pero este concepto  no se limita a eso sino que una conciencia que es para sí, necesita otra conciencia. El señor se relaciona al siervo de un modo inmediato, a través del ser independiente, esta relación  que se mantiene entre el señor y el siervo muestra una dependencia y que anteriormente  se había comentado. Es decir sin independencia no  existe dependencia, y por lo tanto la esencia del siervo es el señor.
El señor es potencia para el siervo porque la autoconciencia del ciervo se ve angustiada por no tener control sobre su propio destino y es el único que puede tener contacto con el objeto puede piensa superarse trabajando.
El siervo ve al señor como algo negativo, pero esa negatividad es transmitida por el señor que posteriormente se ve superada por el siervo, pues el señor se relaciona con la cosa de un modo mediato, por medio del siervo. En consecuencia, el siervo se relaciona con la cosa, quien hace el trabajo es el siervo no el señor por lo tanto el siervo busca aquella transcendencia a través de la independencia pero se necesita aquella conciencia. No obstante, el señor, al intercalar al siervo entre la cosa y él, ha propiciado una dependencia hacia la cosa y sólo gozarla puramente; así pues, restringe el lado de la independencia de la cosa al siervo, quien la transforma.
El señor deviene el reconocimiento de la otra conciencia pero no llega a la negación absoluta del papel que éste desempeña.  El siervo es un acto del señor y también el señor hace contra el otro lo hace también contra sí mismo y lo que el siervo hace contra sí lo haga también contra el otro. Hablando en un sentido más literal podría decirse que el siervo es un objeto moldeable para el señor y que éste hace con el siervo lo que se le venga en gana, para o en contra de sus intereses. Es por esa razón que el siervo no puede estar consiente si el señor no se lo permite porque la verdad de la conciencia independiente es, por lo tanto, la conciencia servil.
El miedo que tiene el siervo al señor es un parte aguas para que se inicie la sabiduría y por ello la conciencia es en esto para ella misma y no el ser para sí. Pero a través del trabajo, llega a sí misma.
La lucha constate entre las conciencias de las que Hegel nos habla, es un reflejo de una sociedad en donde proletariado adquiere mayor importancia.

1 comentario:

  1. la autoconciencia necesita a otra para crear una pero no necesariamente es el yo personal o interno es mas el publico que privado puesto que ese yo ue se habla es el imaginario. el yo es mas el otro que se encuentra en los demas

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