miércoles, 14 de marzo de 2012

EL FUTURO DEL HOMBRE EN LA CAVERNA

El futuro del hombre según la caverna de Platón

Angélica Janeth Aldana Salas

Unidad Académica Preparatoria Programa II, 6ºJ

Si los niños pequeños lograran hacer oír sus

Protestas en un maternal

O incluso, simplemente sus preguntas,

Eso ya seria suficiente para hacer una explosión

En el conjunto del sistema de la enseñanza.

Gilles Deleuze, Los intelectuales y el poder.

En el presente ensayo veremos desde una perspectiva antropológica el desarrollo de la mente humana y sus creaciones basándonos en La parábola de la caverna de Platón. En esta parábola se explica que para Platón el planeta era como una caverna en la cual había personas encadenadas a un muro con la vista fija hacia el interior de la caverna. Donde un muro bloqueaba todo lo que había detrás de los encadenados, impidiéndoseles darse cuenta de los otros individuos también existentes dentro de esta caverna. Éstos últimos, a su vez, manejaban objetos con diversas formas que se reflejaban gracias a la escasa luz que entraba en el fondo de la caverna por encima del muro a manera de ‘cine’ para los encadenados, así ellos aceptaban como ‘realidad’ las figuras confusas y poco nítidas que se movían ante ellos.

Platón nos describe también en la parábola un acontecimiento que abre caminos frente al hombre para vivir plenamente, sin ataduras, sin manipulaciones. Nos dice que imaginemos a uno de los encadenados que logra pasar sobre el muro y darse cuenta de las personas que estaban detrás de ellos moviendo los objetos. Para después de eso subir el camino difícil y escabroso para poder salir hacia la luz enceguecedora del sol, (esto lo interpretamos como la sabiduría), acostumbrarse a ella y a las cosas claras y reales que en la superficie existen. Describe al final que el encadenado ahora libre intentará regresar al fondo de la caverna a liberar a los otros y traerlos consigo hacia la luz verdadera. A si es pues como explicaremos el futuro del hombre guiándonos en esta parábola.

En la antigüedad los altos jefes de las diferentes culturas pensaban poco en sus sirvientes o en los estamentos inferiores, sólo les interesaba conservar el poder o hacerlo mas grande, así que manipulaban al los esclavos de formas muy crueles. Mientras que ellos se conformaban con lo poco que se les daba y no podían protestar porque creían que eso era todo lo que merecían. Pero casi siempre hay alguien entre esos estamentos bajos que se atreve a mirar por sí mismo hacia atrás, rompe el muro y lucha por salir a la luz. Bíblicamente se podría mencionar a Moisés como el guía espiritual que liberó al pueblo de Israel de la tiranía, la manipulación y la ignorancia, así como de las impurezas de sus almas.

Más recientemente, políticamente hablando, mencionaremos a los estudiantes que en manifestaciones o huelgas están buscando la luz de sabiduría que el gobierno no es capaz de otorgar, aunque estén vanagloriándose de lo contrario frente a los demás gobernantes. Esto causa una verdadera lástima, ya que re retrasa todo un ciclo de la historia del hombre gracias a la falta de interés hacia las nuevas ideas de los jóvenes por parte de los políticos actuales.

¿A dónde se dirige el hombre entonces? ya no existe un orden dentro de ningún sistema. Las órdenes religiosas de cualquier tipo han sido absorbidas al sistema capitalista, perdiendo el principio de la lucha del alma por la verdad. Así mismo, el objetivo de la ciencia ha sido cambiado por el sistema del gobierno de los países con más poder económico, y las personas que viven ‘normalmente’ todos los días, no se dan cuenta, o no se quieren dar cuenta, del caos que se ha ido desatando en el último siglo. Todos ellos son como los encadenados de la caverna, pero lamentablemente no hay nadie que intente sacarlos de esa ignorancia.

De aquí partimos a la comparación que se desenvuelve en el libro sobre las acciones de los hombres, del punto de vista a cada acción en la vida y más aún en nuestras propias acciones.

No todos podemos tener la misma concepción de lo que vemos, sentimos, escuchamos, ni mucho menos de nuestros pensamientos, ya que nuestra educación varía según el entorno en que nos educamos y nos desenvolvemos diariamente. He aquí la influencia que tiene sobre nosotros el entorno. Aparentemente esto no se observa a primera vista, pero tal como se describe en la frase ‘si nos quitaran las vendas de los ojos’, realmente observaríamos de una forma diferente las sombras que nublan nuestro conocimiento y criterio.

Se destaca mucho en la lectura como estamos sosegados por una venda imaginaria, que nos limita en observar claramente cómo realmente es nuestro entorno y de comprenderlo en sociedad. El punto de vista de cada persona muchas veces viene acompañado por la razón que a ellos se les ha inculcado en sociedad, por sus costumbres, sus políticas, ideologías, religiones, acompañadas por nuestros sentidos, lo que vemos, oímos y sentimos.

Tenemos que analizar muy detalladamente que lo mismo que tus ves yo muchas veces lo veo e interpreto de otra forma y con otros conceptos. Es muy difícil aplicar el concepto de Platón en nuestra sociedad por la cantidad de avances (tecnológicos, culturales, etc.) que hay hoy en día. Pero si detallamos minuciosamente nuestro entorno nos damos cuenta que somos producto de una sociedad de consumo, de costumbres, de indiferencias intelectuales, y más aún, basta con preguntarle a la primera persona que pase, el por qué se coloca los pantalones que usa y no otros; al final su respuesta será porque es la moda, y aquí nos vemos involucrados en una sociedad de consumo.

De estas conjeturas podemos analizar claramente que para todos nuestros conceptos de justicia, equidad, percepción de lo malo y lo bueno, son equidistantes de una persona a otra, lo que tu consideras una acción de justicia yo la puedo considerar una acción de injusticia.

Una cultura trágica como la griega, en la que está inmerso Platón, ha comprendido que no hay vida sin muerte: esto quiere decir que la muerte es para la propia vida. Es necesario aclarar que no se trata de una asumpción resignada como la que ya se había dado en los poetas trágicos y como la que acontece en el cristianismo posterior, sino de un reconocimiento del límite como condición de posibilidad misma del ser y del existir. En un paradigma como este, el mayor de los males en el que se puede pensar es el de desconocer los límites. Y tal es el caso de los habitantes de la caverna, puesto que desconocen sus fronteras: dónde empieza y dónde acaba el mundo real. Lo que le interesa señalar a Platón es que, precisamente, un olvido semejante es lo que conduce a los hombres a hacer la guerra y a matarse unos a otros. “La filosofía es la que nos distingue de los salvajes y bárbaros; las naciones son tanto más civilizadas y cultas cuanto mejor filosofan sus hombres.”[1]

De éste modo, la ignorancia se revela como la peor de las ‘cárceles’ posibles a nivel de masas poblacionales. La caverna cuenta con la ignorancia generalizada de las ‘masas’ y, para ello, es suficiente con crear masas, que se comportan, por lo general, sin respetar la diferencia individual, puesto que la voz del individuo queda ahogada entre el ruido de la multitud o masa. El habitante de la caverna cree que la realidad verdadera es la que tiene ante sus ojos. Por eso sería capaz de asesinar si se le intentase mostrar lo contrario.

No tiene la posibilidad de comportarse de un modo u otro en función de sus creencias. Las creencias del preso no tienen ninguna relevancia a la hora de actuar, decir o pensar en la caverna, porque todo lo que los presos crean allí dentro, estará condicionado por la única realidad posible: las sombras. Por lo tanto, no se cuenta con la posibilidad de una reforma o revolución social.

Partiendo de la pregunta planteada, y conforme a la lectura de La parábola de la caverna de Platón, deducimos que Platón nos plantea un problema totalmente cierto, porque es tal el conformismo intelectual e incluso moral que la sociedades pasadas, presentes y quizás futuras hemos venido arrastrando sin interés a quererlo rebasar o superar. La resistencia con la que nos oponemos es quizás de manera mecánica porque no nos imaginamos el verdadero mundo o la verdad que existe o la dimensión que esta pueda alcanzar. La situación que se nos plantea es el papel que tenemos los seres humanos frente al conocimiento, y la realidad de la existencia de dos mundos que es el mundo sensible a través de los sentidos y el mundo mas interesante que es el de las ideas que se podría alcanzar mediante el uso de la razón.

Hemos creado un mundo a nuestra imagen y semejanza en el que todo lo que no se ajusta a la norma perece sin más. ‘Lo Otro’ debe ser eliminado porque ‘lo Otro’ no puede vivir entre nosotros, en una casa-mundo creada con la estrecha horma de nuestros pensamientos ególatras. Toda otra realidad debe suprimirse en favor de una sola: la humana. Todo lo que quede fuera de esta ‘Realidad’ pierde su sentido.



[1] El mundo de Sofía, Jostin Garder, España, Diana, p. 451.

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