miércoles, 28 de marzo de 2012

LA PARADOJA DEL PODER EN LA PARÁBOLA DE LA CAVERNA



La paradoja del poder en la parábola de la caverna


Alumno: Joel Benítez


Grupo: 6° J


Preparatoria II


En este pequeño trabajo pienso hablar de lo que ha sido el poder, aquella cosa inventada por el hombre y que por alguna razón sólo ha sabido traernos varios tipos de problemas a nivel de jerarquía, estatal, nacional y a nivel mundial, ocasionando una terrible catástrofe a la mayoría de la población. También se podrá observar la mentira lque recibe el nombre de el mundo visible que ya se expresaba en la caverna de Platón y, ojalá aprendamos que estar hambrientos de poder sea el significado de desgracias.


Desde el principio de la humanidad existe el pensamiento racional. El hombre, valiéndose de la razón y de todas sus capacidades, ha logrado todos aquellos fines que él mismo se ha propuesto, y la mayoría han sido para satisfacer sus necesidades o simples gustos, como el hambre, la protección o cosas que le facilitaron más la vida. Eso lo ha demostrado mediante los inventos y descubrimientos; como la invención de la rueda, el fuego, la construcción de sus hogares, la cacería, la pesca, la invención de herramientas y la agricultura, lo cual le abría el paso a la formación de las primeras civilizaciones del mundo antiguo, sobresalientes por todas sus invenciones y, desde luego, por sus magníficas obras de arquitectura.


Sus obras arquitectónicas lograron ser el significado de una gran obra de arte y sobresalieron en la Antigüedad, aunque lamentablemente, también significan el reflejo de la ambición del ser humano, ya que, desde el principio de las primeras culturas, el hombre ha competido por el dominio total y trató de hacerse más importante que los demás, edificando grandes estructuras. Lo que es lamentable de todo esto fue que, para conseguir tan grandes monumentos, se valió del trabajo arduo de otras personas, dándoles de poco o incluso nada. O sea que, las personas que creían ser más poderosas que otras usaron la esclavitud para hacerse gloria a sí mismos, y lo peor de todo fue que, importándoles solo su gloria, no les interesó en lo más mínimo los factores que hacían sufrir a los esclavos, como el cansancio, el hambre, la sed, la lluvia, el frío de la noche y el calor insoportable del día, ya que para ellos, los esclavos no valían nada. Algunos llegaron a morir de todos aquellos horribles factores haciendo esa sufrida labor, como es el caso de la muralla china.


Esas grandes culturas fueron gobernadas monárquicamente, es decir, fueron dirigidas por reyes; algunos eran buenos, pero otros eran más bien unos tiranos, ya que abusaban de su poder y de su autoridad para hacer con su reino lo que quisieran. Un ejemplo de ello es la muralla china, ya que la dinastía que la mando construir buscaba grandeza, aunque lo único que ganó fue el aislamiento de su pueblo con el de otros, además del odio que despertó entre sus habitantes.


Muchos líderes de algún pueblo, cultura o nación no han sabido usar el pensamiento lógico y han cometido muchos errores, y los grandes cambios caían fuera de su control, pero no por eso dejan de influir en su conducta y en sus puntos de vista. Esto tiene por significado que los absolutos gobernantes elegía las cosas que él solamente quería que supieran los demás, y lo pero del caso es que él les determinaba el modo de vida que a el le conviniera, aunque fuera de lo más bajo y miserable. Por desgracia, la mayoría de la gente aceptaba con toda sumisión ese modo de vida que les tocó llevar, y, como al parecer pensaban por ellos, no sabían e ignoraban mucho de lo que a la actualidad conocemos, y sólo tenían una sola ideología.


Un caso muy similar se presenta en la Antigua Grecia. Como nos comenta el gran filósofo griego Platón, algunos hombres vivían en el fondo de un antro subterráneo, encadenados desde su infancia, de suerte que no puedan cambiar de lugar ni voltear la cabeza, por causa de las cadenas que les sujetan las piernas y el cuello, pudiendo ver solamente los objetos que tengan delante. Y que detrás de esos hombres hay un fuego que los alumbra, y en medio de ambos hay un camino escarpado donde hay un muro. La interpretación que le doy a este escenario es la siguiente: el antro es el mundo visible, y no conocen nada más de lo que ven ahí dentro; el muro lo interpreto como el obstáculo que se interpone entre lo que se ve y lo que es real; las cadenas son, según yo, el bloque principal entre lo hasta entonces conocido y la verdad; el fuego es la luz del Sol que muestra las cosas un tanto más reales, y los prisioneros son las almas que tratan de salir de ese agujero sombrío y aparentemente real, hacia un mundo iluminado y totalmente diferente.


En ese agujero vivían muchas personas, probablemente, a que las personas más poderosas inculcaron esos pensamientos, haciéndolos creer que no podían aspirar a nada más de lo que estaba más allá de su alcance, y los convencieron de lo que yo considero, es pura basura. Pero lo peor de todo esto fue que no podían hacer nada ante esa clase de ideología, ya que al parecer no sabían razonar, debido a que, como la educación era propiedad exclusiva de los de la clase alta, la mayoría de la población era inculta e ignorante. De haber sido lo contrario, se hubieran dado cuenta de ideas que ni siquiera sabían que tenían, y de seguro hubieran podido salir de esa caverna desde ya hace mucho tiempo antes.


Aunque, para desgracia de esos pobres hombres, la autoridad de los reyes era la que mandaba, ya que al parecer el dominio del más poderoso del Estado era más fuerte que la fuerza de voluntad de los que estaban a sus pies, y al parecer también tenían control en las mentes del pueblo, pero todo eso era posible por la increíble ignorancia del pueblo, ya que así era más fácil manejarlo. Es entonces cuando los gobernantes se convierten en autoridad, cuando surge el derechote posesión, llamado dominio, y el derecho de ejecutar cualquier acción es llamado autoridad.


Es en realidad una lástima que el hombre, que se suponía que fuera un ser libre y que fue creado para hacer lo que él se proponga, termine siendo esclavizado por otros de su misma especie hasta en su propia mente, cuando la realidad debería de ser que cada individuo tuviera sus propias ideas e hiciera lo que él quisiera, sin que nadie lo limitara. Pero hay gente que busca tener todo el poder para sí mismos, y tener presos de sus órdenes e ideas a todos aquellos que estén alrededor de su entorno, aunque en muchas ocasiones eso represente la infelicidad y la desgracia de otros. Un ejemplo muy claro de esto sería el dictador de México Porfirio Díaz, que por no querer retirarse del poder y permanecer en él por más de treinta años, hizo más infelices a la mayor parte de los campesinos del país. Otros ejemplos serían los dictadores Adolfo Hitler de Alemania, y José Stalin de la ex URSS, que con Auschwitz y el Gulag, trajo la muerte de millones de personas, mostrando que ni la razón ni la libertad resultan forzosamente de los proyectos emancipadores.


Personas como ellas no han querido más que tener la gloria para sí, mientras que el resto de las personas han tenido que pagar con su vida los errores que éstos han cometido con el fin de ser superiores. Al parecer el poder en forma de algo que es inalcanzable es un arma sumamente poderosa, hecha con el único propósito de acabar con la especie humana, y esto puede ser una realidad no tan lejana si se continúa con la avaricia de ser mejores que otros. El razonamiento ya no es lo que era, el régimen y la jerarquía siempre han sido lo mismo: una guerra disputada desde que el hombre no ha sabido usar su conciencia de forma correcta y se le ha ocurrido superar a cualquiera.


Lo que se necesita es que todos dejemos de pensar en nosotros mismos, dejar a un lado esa absurda ambición de ser mejores, y hay que esforzarnos por salir de la realidad en la que vivimos actualmente, igual que el hombre de la caverna. Ahí vivía, ignorando todo lo que sucedía afuera de ese obscuro lugar, hasta que por fin un día no decidió que su situación no podía continuar ahí, y prefirió saltar ese muro y subir por ese camino para ver la realidad de la que se encontraba privado hasta ese momento. Pero lo más asombroso de eso fue que se le ocurrió también que las personas que lo rodeaban no deberían continuar de esa forma, y se decidió a sacarlos de ese mundo lleno de falsedades. Ese es el ejemplo de un buen líder, uno que no tenga miedo de elegir lo que es mejor para él y para todos, que vea por toda su gente, que no tenga la mínima idea de volver a ese mundo de apariencias y, más importante aún, que no caiga ante la tentación de las riquezas artificiales que es poder le pueda dejar.


Una persona como esas es de lo que hace falta hoy en día, ya que la mayoría de las personas que entran en los territorios de la política únicamente anhelan tener el poder. Ya no les importa mantener bien a la sociedad que ellos rigen y la mayoría sólo piensan en tener a otros pueblos a su merced, como es el caso de los Estados Unidos de América. Realmente necesitamos verdaderos líderes, que no traigan tantas guerras como las que se han visto en la actualidad, que acaben con aquellos bloques de poder que tanto daño han hecho a la mayor parte de la población mundial. Y yo creo que eso es posible; sólo hace falta que de entre las sombras surja alguien con esa convicción de hacer el cambio, y lo más importante, que nosotros también pongamos de nuestra parte para lograrlo.

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