viernes, 30 de marzo de 2012

LA HIPNOTIZACIÓN DE LA POLÍTICA

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Oscar Iván Ramos Menchaca 6ºJ

6to J. Preparatoria II

La alegoría que nos muestra Platón en su parábola de la caverna da mucho de que hablar. Su crítica de una sociedad apropiada para la época del filósofo y que de igual manera está apegado a esta sociedad moderna que en lugar de progresar parece retroceder o al menos no parece avanzar.

Platón en esta obra habla sobre una caverna en la cual viven algunos hombres encadenados que sólo ven en la pared sombras que se reflejan gracias a luz que proviene del otro extremo, en esa parte hay más individuos que producen las sombras pero no están en el lugar donde se encuentra la luz plena, hay quienes tratan de llegar a ella y lo logran, otros se quedan en el proceso, para los que logran llegar a la luz, resulta difícil aceptarla pues siempre habían vivido en el otro extremo, en la obscuridad. Los que viven en donde no llega la luz, en el mundo de las sombras, para ellos no existe ninguna otra verdad, ningún otro mundo más que aquel. Para aquellos creer que existe otro mundo distinto al suyo resulta difícil o quizá imposible. Cada elemento que aparece dentro del relato tiene un significado propio con cada factor con base a la interpretación que se le dará, en este caso será sobre política y por consiguiente social.

Vivimos en una sociedad con una estructura política establecida. Siendo política “La actividad humana que tiene como objetivo gobernar o dirigir la acción del estado en beneficio de la sociedad[1] lo cual parece ser necesaria o indispensable para una convivencia social favorable. Cada país tiene su manera hacer política, algunos lo hacen con un sistema capitalista, social, democrático etc., con el fin de cumplir el objetivo que encierra el término. Para ello utilizan distintos métodos que pueden ser a base de reglamentaciones que establecen los que se encuentran al mando de estas sociedades, se estaría hablando de leyes, reglas, el derecho o mandatos. Estas leyes deberían de estar en base a las necesidades e ideologías que contienen las sociedades, para la realización del objetivo. En la mayoría de las veces se tiene que seguir las reglamentaciones impuestas solamente de los individuos que se encuentran al mando de dirigir estas sociedades “el individuo participa cada vez participa menos en las decisiones públicas”[2]. Las autoridades políticas, por así llamar a los que se encuentran al frente de una sociedad, influyen en gran medida en la vida e ideología de los individuos de los cuales están a cargo.

Progresar, modernizarse, transcender, revolucionar, son algunos de los conceptos que engloban la sociedad, o mejor dicho la ideología que tratan de imponer las autoridades políticas hacia los que integran la sociedad, pero éstas llegan a ser sólo una ilusión o al menos eso es lo que parece. Esta ideología se remonta desde la ruptura del Medievo y el surgimiento del pensamiento renacentista que tenía como finalidad la “emancipación del hombre”[3] y por lo tanto la aparición de más ciencias y el conocimiento. Ciertamente este objetivo ha ido surgiendo pero las autoridades políticas lo manipulan y hacen creer que el único camino hacia el bienestar social es la modernidad y sus distintos elementos que la conforman, como el consumismo.

Desde la creencia que se tiene de que alguien con mayor capacidad debe de guiar o dirigir a otros para cumplir algún fin, la sociedad es dependiente de alguien que valla al frente y los guie, es decir, ésta es totalmente dependiente de las autoridades políticas y está sujeta a lo que dicten. Por lo cual hacen y piensan lo que las autoridades políticas digan. Esto a su vez influye en el comportamiento de los individuos.

El progreso que viene muy apegado en la palabra modernidad, es lo que muchos lideres políticos de un país fomentan, pues los países más desarrollados generan en los demás sus ideas de consumismo y de desarrollo, ósea los países más desarrollados tratan de gobernar a los que no lo están. El instrumento indicado son los medios de comunicación a través de los cuales también se da otro fenómeno nombrado globalización.

La mayoría de las cosas que rodean nuestro entorno de vida están regidas por el gobierno, como lo son las viviendas, la educación, los ingresos económicos, las calles etc., en fin, vivimos regidos por los que están enfrente del estado. Estamos condicionados a lo que se nos otorgue por parte de ellos. Y la sociedad tiene que acatar este sistema, respetarlo y obedecerlo. Y la mayor parte de los individuos vivimos con la ideología impuesta por otros.

Relacionando todo esto con la alegoría de la caverna, se aprecia notablemente ambos mundos, el mundo de la opinión en donde la luz se hace más notable y el mundo de las apariencias. El primero, el mundo de la opinión en es de aquellos que tienen el poder, de los que van al mando de la sociedad, los gobernantes, los que tienen la capacidad de dirigir y guiar una sociedad. Ellos son responsables de crear las sombras en el mundo de las apariencias que claro somos la quienes conformamos, la sociedad, los regidos por los primeros. Los responsables de crear las formas de las sobras, no ven la luz plena sino que la aprovechan, con la completa finalidad de seguir manipulando a los otros, no les interesa llegar a la luz que es la verdad, la realidad de la existencia. Los gobernantes de nuestras sociedades sólo se preocupan por un interés propio, el dinero. Su único propósito al estar frente al poder es seguir haciendo creer a los que están en el mundo de las apariencias que no existe otro mundo diferente al que ellos ven, ese es el único y auténtico. Los objetos que utilizan para crear las sombras, están representado por la modernidad, por el progreso tecnológico, el desarrollo, el consumismo, por mencionar algunos.

“Entre más tienes más vales” son algunas de las ideas que los del mundo de la opinión establecen a los de las apariencias. El comercio favorece la economía de un país porque también se necesitarán consumidores. Las empresas de publicidad crean toda clase de anuncios que provocan en los individuos una cierta creencia de que necesitan tal producto, para verse o sentirse mejor, y estos aprueban este tipo de creencias. Los medios de comunicación juegan un papel muy importante en este fenómeno, pues a través de ellos el bombardeo de información y el lavado de cerebro se hacen posibles. ¿Qué familia no tiene una televisión? Tal vez si acaso 2 de cada 100 individuos no tiene una televisión, pues los pertenecientes al mundo de las apariencias a través de las sombras, hacen la televisión como un medio necesario e indispensable, lo mismo ocurre con el internet, la telefonía celular, etc., pues el desarrollo así lo exige.

No saber usar una computadora es casi como ser analfabeta, no tener televisión o un celular es como no traer ropa puesta y eso implicaría quedarse estancado en otra época y no progresar. El desarrollo viene gracias al progreso tecnológico y ambas no son mucho sin el consumismo. El desarrollarse es crecer, y mejorar con ello utilizando tecnologías que permitan un mejor desempeño a través de la utilización de las herramientas más sofisticadas que permitan caminar más rápidamente hacia el progreso de un país y por supuesto de una sociedad, para así tener una mejor calidad de vida.

Con la ciencia llegaron nuevas formas de utilización de los recursos naturales y aprovecharlos como materia prima para crear aparatos, mejores y modernos, y así renovarlos constantemente. Cubrir las necesidades de las personas, y resolver los problemas fácilmente, es como la tecnología aparece. Contar con aparatos que hagan la mayoría de nuestras tareas o hacerlas sin mayor esfuerzo, ayudaría a hacer individuos más wuebones, y facilitaría la realización de las actividades cotidianas e incluso te ahorrarías más tiempo.

Todos estos aspectos anteriores es lo que piensa, lo que hace y a lo que la sociedad está sujeta, pues viven de lo aquellos originarios del mundo de la opinión, de las ideas (los que van al mando del poder), les hacen creer.

Una sociedad encadenada es lo que se tiene, sin ser fácil liberarse de las ataduras, o simplemente no querer hacerlo, o bien por ignorancia de que existe otro extremo, en donde se puede apreciar los objetos tal y como son, de donde proviene la luz plena. Creer que existe otro sitio distinto al de las sombras en el que se ha condenado resulta muy complicado, ya que desde pequeño se crece robotizado por el progreso tecnológico, el desarrollo o el consumismo.

O tal vez sólo se tenga una sociedad mediocre que no quiere aceptar que hay otro mundo distinto al su yo y que prefiere seguir encadenada pues no quiere cree en quien ha visto la luz. El luchar contra esta hipnotización no resulta una tarea fácil.

Esta alegoría de Platón, interpretada hacia la política y la sociedad tiende a decirse que somos individuos robotizados que vivíos esperando el cumplimiento de una ilusión ficticia que sólo atrae como consecuencia encadenamiento y la ignorancia. Los que nos producen las sombras prometen el beneficio mutuo y el bien común, pero lo que logran es aumenta, en gran medida la hipnotización.

El lugar en donde se encuentra el origen de la luz y se puede observar como tal en el mundo de lo visible, es el mundo de la verdad, la libertad, del verdadero conocimiento que los filósofos poseen y no el de la manipulación en el que vivimos la mayoría y en el que parece imposible salir.



[2] Antología de Modernidad II, Luis Villoro, Crisis de la modernidad, página 97.

[3] Antología de Modernidad II, Luis Villoro, Crisis de la modernidad, página 92.

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